lunes, 21 de julio de 2014

Tres poemas de Alicia en el fin del mundo, poemario de H Pascal



¡Y COCA-COLA SEGUIRÁ EXISTIENDO!
Alicia continúa con su investigación del mundo:
--Escucha esto, por favor --dice ella,
y luego, con voz pausada, como si leyera una elegía, repite:
--Surgirán roces y aflicciones.
Los hombres se sentirán sumamente irritados,
y sus sentimientos se pondrán a prueba...
pueden surgir guerras. Podemos sobrevivir a ellas.
Pueden desatarse revoluciones.
Y nosotros subsistiremos.
Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis pueden
cabalgar sobre la Tierra y volver
¡y Coca-Cola seguirá existiendo!
--¿Qué es esto, un Nostradamus posmoderno? --pregunto
consternado.
--Más bien un Nosferatu espantoso
que destila aguas negras
sobre la piel del tiempo:
Lo dijo Robert Woodruff,
en una convención de Coca-Cola
En 1936...




UNA ESPANTOSA INCUBADORA
--Quieren poner ventiladores subterráneos,
para que las personas resistan esta temperatura:
casi cien grados fahrenheit, que es el calor exacto
del útero en las vacas
cuando se gestan los terneros --Alicia me comenta
como una veterinaria admirable
capaz de percibir una espantosa incubadora
ahí donde sólo hay sudor y adrenalina.







Y ABRIMOS LOS OÍDOS
--¿Y cuál es la diferencia
entre pornografía y erotismo? --pregunta Alicia.
--El erotismo es muy sutil,
y lo obvio es la pornografía, -contesto, simplificando un poco.
--Pero si es obvio que te amo,
¿eso es pornografía? -dice y sus dedos se extienden;
Alicia desata la bragueta,
acerca su rostro hacia mi pene
y oprime con sus labios el sabor de mi cuerpo.
Saliva como miel,
caricias de su boca como nubes.
La savia de mi cuerpo a punto de brotar.
Su lengua como lira ciñe todas las notas
de una balada sorprendente.
Y entonces se detiene para hablar:
--¿Esto es pornografía o solamente amor?
Pero no lo resisto
y un imprevisto surtidor
empapa su epidermis.
Sus ojos dulces me miran sorprendidos
y luego dice: --No hay duda que es amor.



H. Pascal, foto tomada de: revistareplicante.com

El desempolvado: Horror Creatures, Shub Niggurath, demo 1990.


   
En el principio fue el caos, la violencia rasgando el universo, la colisión en la vasta noche. En el principio fue el grito y berreo de La Cabra de los Mil Retoños, nube de serpientes y pezuñas que asolaron la tierra con el primer miedo. En el principio fue la violencia, inevitablemente la sangre derramada sobre el barro, cohesión, y se levantó de entre el lodo la infeliz especie del hombre.
      
    En el principio del black metal mexicano fue Shub Niggurath, banda de real culto en lo más subterráneo de la escena metalera nacional e internacional. Conformada por los lideres de Tormentor y Demogorgon, Arturo Alvarez y Julio Viterbo, respectivamente, allá por 1988, esta agrupación rompió los horizontes creativos con su combinación de death metal con un incipiente black que apenas habían generado bandas como Morbid, Mercyl Fate y Mayhem en otras latitudes. Con éstas influencias inmediatas asaltaron el páramo musical de México, en 1990, con su demo tempranero: Horror Creatures. Cuatro cortes que conforman veintiún minutos de blasfemo, podrido y desafiante death-black metal rudimentario. Con un haber de siete trabajos publicados de éste demo a 2011 y pasando por diferentes cambios en su alineación a lo largo de su historia, Shub Niggurath es un proyecto que se ha mantenido leal al sistema de producción casero así como a una técnica musical decadente y cruda que los ha dotado de sonido propio. Por ello es extraño y vergonzoso que ésta banda no tenga el lugar que se merece en la historia del black mexicano; ninguneada y sólo mencionada por los chismes que ha generado el podrido y aspirante a un banquilllo de psiquiátrico, “Hongo” Arturo Alvarez líder del proyecto, Shub Niggurath ha seguido habitando en las sombras de la más grosera indiferencia. Sin embargo, este monstruo-dios inmortal de Lovecraft perdura y hace acto de presencia para llevarnos de nuevo al inicio. Horror Creatures, que sería reeditado en vinil (sólo 300 copias) en 2011, es un legado que debe escuchar todo aquel que ha negado un origen digno del black metal mexicano.

lunes, 14 de julio de 2014

True Norwegian Black Metal, Fotolibro de Peter Beste

Peter beste, True Norwegian Black Metal (2008,
NY.)
Los hijos del diablo cagan, tragan chatarra, deambulan sus largos bosques bajo
gruesos días nublados, se encierran a componer Black Metal, beben alcohol como si
fuera sangre de vírgenes lúbricas, espantan a las pocas ancianitas y buenas
conciencias en calles pintorescas de Bergen, algunos dicen platicar con el diablo, se
maquillan, se trepan a un escenario a tocar Black Metal, se alcoholizan y se
desmaquillan la muerte (corpse paint)... igual y lo último no siempre.
    Peter Beste, fotógrafo neoyorkino que se especializa en el retrato, y que ya
había trabajado en la escena del hip hop, se lanza en trece viajes espaciados a
Noruega para capturar, en toda su mortalidad, a los señores y amos de la escena
del Black Metal Clásico desde principios de los noventa. El resultado de los viajes de
Beste –el primero en 2001 movido por el influjo del black– convivencia y asistencias
a conciertos durante siete años, es el foto libro True Norwegian Black Metal (2008,
NY.).
    Bajo la edición de Jhoan Kugelberg, las 147 fotografías a color, y en el clásico
blanco y negro, giran en torno a tres tópicos: Noruega (tema en que predomina el
paisaje) y los músicos arriba del escenario y en su vida cotidiana. Unidad temática
que no esconde su intención psicológica.
Para su fino estudio, Peter capta, como fondo de tragicomedia, el matiz
opaco del idílico país norteño, imágenes capturadas a manera de un retrato
espacial donde se desenvuelve la vida (paradisiaca) de los hijos de Odín. Calles y
bares en las zonas urbanas que contrastan con las aisladas chozas en bosques sólo
posibles en la fantasía, grandes extensiones de fiordos y vastos horizontes
dominados por la nieve, telón idóneo para un movimiento musical de gélido y cursi
radicalismo.
     Los siempre polémicos y petulantes blackmetaleros son el objetivo del
lente bajo dos contextos equidistantes en los otros dos tópicos, según lectura
propia: los malosos sobre el escenario y los malosos en su vida cotidiana. Estos dos
conceptos son atravesados por un leitmotiv condicionante, herramienta temática
con que logra fotografías de fino contraste, nos referimos al Corpse paint (pintura
de cadáver, aquí en México mejor conocido como Pandita Paint).
    Gesto de batalla, hay quien afirma que es mera imitación del
sensacionalismo glam de Alice Cooper, King Diamond y Lee Simmons en su versión
demoniaca, para otros una rasgo de originalidad que define la estética mortuoria
del género. En la lente de Perter Beste, el maquilla de cadáver es una puerta que
revela las variantes psicológicas de los personajes en los contextos ya referidos: el
escenario y la vida cotidiana.

    Las fotos mejor logradas, a ojos de los que gustan del género, son las tomadas en los
escenarios. En ellas, personajes como Gaahl (Gorgoroth), los músicos de Windir,
Emperor, Nattefrost, entre otros, son los personajes siniestros en los que la imagen
escénica es una extensión de las emociones destructivas. El rostro bajo el maquillaje de cadáver se transforma: son máscaras que han permitido la posesión de un demonio, ancestro u oscuridad etérea que siempre ha estado presente pero que se materializa sobre un escenario que vibra y cruje con los decibeles de guitarras filosas sobre bases graves que chocan contra el enjambre de energía negra que escupe el público (también fotografiado) empapado en tensa adrenalina orgiástica. En el escenario son verdaderos demonios. Esa misma naturalidad de los músicos bajo el corpse paint la capta Beste teniendo como fondo los fascinantes bosques noruegos, sus fiordos, lagos y montañas: Ahí, los ataviados de muerte parecen fundirse con la naturaleza , más que muertos, Beste los captura como espíritus de un bosque al que conocen hasta el musgo (una de las mejores fotos, en este sentido, es de la agrupación Gorgoroth bajando una ladera boscosa. Advierta el parecido del maquillaje de Gaahl con la textura de los arboles).
Peter Beste, True Norwegian Black Metal (2008,
NY.)




















    Mas la posesión finaliza cuando el escenario queda en silencio. Los músicos
vuelven a la vil condición humana. El catálogo ofrece una amplia gama de fotografías en que la vida cotidiana de estos personajes es retratada. Una rápida mirada al libro, sin intención critica, nos asegura dos cosas:
    Primero: Los personajes élite de la autodestrucción tienen una vida tan
satisfecha que los deprime y los manda directo a la peda. Segundo: se explica que
solamente borrachos pudieron aceptar que Peter Beste los haya tomado en su faceta
demoniaca a plena luz de la aplastante realidad.
    El maquillaje fuera del escenario o de la complicidad de natura se disuelve en
tomas de humor involuntario, anécdotas de borrachera, sesiones ante el espejo,
destrucción y alcohol siempre. Pero no todos los retratados viven hinchados de excesos, Beste también toma testimonio de otros músicos más dados al aislamiento o a la convivencia en los bares cercanos, empleos o/y familia, la vida desacralizada, fuera del espectáculo y la parafernalia que escandalizó a la pacífica y ortodoxa sociedad noruega a principios de los 90's. Poco queda de esa atmósfera pesada y negra pese a los esfuerzos de músicos como Fenrriz, Gaahl, Vikernes y un largo etcétera, que niegan todo lazo con el perverso mercado, a pesar de que son los mayores beneficiados con el boom de las iglesias quemadas.
    Como si de un disco se tratara, éste fotolibro guarda lo mejor en su bonus-
track, se trata de fotografías, portadas, artículos, cartas y otras rarezas recopiladas y
editadas por Metallion para su fanzine de black metal llamado Slayer, fanzine que, la
neta, exige un largo artículo aparte.
    Y vaya que son tesoros: fotografías de los tiempos primeros, inimitables, en las
austeras casas de los pioneros: Un joven Varg Vikernes, escasos 19 añitos, junto al
finado líder de Mayhem, Euronymus; las ya clásicas fotos de Dead en pleno toquín, las primeras entrevistas con los novísimos Emperor, testimonios de la primigenia oscuridad, un tiempo de hartazgo, afrenta y herrumbre, suciedad sin pretensiones ni adornos que nos hacía olvidar que sólo se trataba de jóvenes noruegos que cagaban, tragaban menos que chatarra, bebían como recién descubierta la copa de la puta sodomita y no sospechaban, en su jodida juventud, que estaban encabezando el mayor movimiento de música oscura de los últimos tiempos, por suerte, no lo sabían.

Peter Beste, True Norwegian Black Metal (2008,
NY.)


Adonai Rojo.

En la búsqueda del necro-sonido. Parte II

A Vikernes, sí, al muchacho con inclinaciones terroristas y tendencias
paganas, el más político, quizá el más polifacético de la escena primera del
black metal noruego, el piromaniaco y asesino, el genio -afirman sus
incondicionales- es el tipo que venía meditando sobre lo que más tarde llamó
“Necrosonido”, una propuesta sonora emergida de los beneficios de la
grabación de mala calidad, distorsionadores y mucha crudeza cantada con
gutural rabia. Como rememoramos en el número anterior, Burzum es uno de
los pioneros del black metal, Vikernes no sólo es un músico perspicaz sino
también es un tipo de mente activa (lo mejor que le pudo pasar es haber
caído a la cárcel, en esos años leyó todo lo que caía en sus manos y que
afuera. por negligencia juvenil, no hubiera leído) que ha invitado en su
declaraciones y discos a la reflexión de los temas circundantes al black
metal, género en el que cuenta con una larga lista de discos.
    Fuera de lo que comúnmente se escribe, la búsqueda del necro-sonido no concluyó con los descubrimientos del ex presidiario. Siendo sinceros, cada banda hace su búsqueda por obtener un sonido auténtico, objetivo fácil de escribir y perfilar pero que la historia del black puede afirmar que son pocas las que llenan botas como las de Celtic Frost, Berheit o Ulver, por mencionar a viejos maestros de la técnica. Sin embargo, en lo que respecta al necro-sonido, ésta búsqueda no sólo se restringió a lo musical, el objetivo demandaba experimentar los diversos medios fuera de rifs,
diapasones, beat's y tempos. 

Varg Vikernes, sterr-archive.
Conscientes o no del impacto que causaban en la sociedad el corpse
paint, la ropa negra, los estoperoles, gargantillas de agujas y cruces
invertidas, en un principio fueron los únicos referentes externos, imagen, que resaltaban la indeseada efigie satanista. No había, pues, en los primeros black metaleros, pese a su cadavérica amenaza, la malicia del mercader y el publicista, a diferencia de Ozzy Osborne --que a la menor provocación descabeza murciélagos-- y demás excentricidades del medio del espectáculo que supieron hincar el colmillo en el cuello de Don Dinero.
     De una vena más romántica, inocente como la locura en sus primeros estertores, Per Yngve Ohlin, el suicida y efímero vocalista de Mayhem, llama rápidamente la atención de propios y extraños. El tipo es un vocalista fascinante, un sueco desquiciado que había dejado dos demos (Rehearsal (1987) y December Moon (1987)) para la banda que él mismo había formado en 1986 en su natal Estocolmo: Morbid, y que poco después dejaría para invadir Noruega y formar parte de la alineación clásica de Mayhem: Dead, voz, Euronymous en la guitarra, Necrobutcher en el bajo y
Hellhamer, batería. Es unánime, Mayhem es una banda que ha dejado un
largo legado y sigue aportando; por ella han pasado verdaderos monstruos
del metal, y los vocalistas Maniac y Attila Csihar han ido y venido dejando su
sello personal. Sin embargo, ninguno de estos dos últimos ha llenado las
interpretaciones vocales de Dead.
    Dicho se aparte de las excentricidades con que se hizo leyenda (como inhalar, previo a un concierto, el putrefacto hedor de un cuervo muerto contenido en una bolsa, enterrar su ropa para impregnarse de la descomposición, laceraciones en vivo y a todo color en sus presentaciones, etc.), el sueco fue poseedor de una de las voces
más sinceras y trabajadas del black metal: pura furia que no llega al gutural al que
estamos acostumbrados, sino más bien un odio atemperado y pastoso que se
arrastra entre el gruñido, el susurro y el grito demente. Dos demos con Morbid, un
demo, un en vivo y algunas grabaciones sueltas con Mayhem, paradoja, es todo su
legado, sin embargo, con ello fue suficiente para dejar escuela en cuanto a la
interpretación vocal en el black metal, prueba de ello encontramos en las clásicas
piezas: Disgusting Semla, con Morbid, y Freezing Moon con Mayhem.



Per Yngve Ohlin, Slayar-fanzine-archivos.

   Durante la década de los noventas y principios del dos mil, el black metal tuvo un
empuje excepcional, la escena prácticamente se hizo mundial y agrupaciones como Cradle of filth, Borknagar, Dimmu Borgir, etc., daban el salto al gran público vía MTV.
El black metal, curioso, se volvió un cadáver muy vivo que ganaba adeptos y
generaba mucho dinero en todo el mundo, la ley de la oferta y la demanda sacó de
su guarida subterránea al género antipopular por excelencia. Eran tiempos de oscura mediocridad, pese a ello el verdadero black seguía ofreciendo resistencia. De esa camada de los noventas seguro omito nombres importantes, grupos trascendentes. Que otros (quizás tú, lector) aporten al respecto. Para quien escribe esto, es en el año del 2001, en algún lugar de Avignon, Francia ( los galos que también tienen una amplia historia e influencia en el black metal) donde surge un músico no sólo virtuoso sino también crítico, agudo y de una influencia refrescante para el black metal, otro buscador incansable del necro-sonido, nos referimos a La sale Famine deValfunde, la voz y mente líder de Peste Noire.
    Escuchar la voz de Famine y su peculiar black podrido y amorfo, disco tras
disco, es una experiencia en la que se mezcla terror, ironía, rabia, burla y el tajo
candente del orgullo satánico. En otro momento hablaremos de la prolífica marcha
del Komado P.N., aquí quien nos interesa es Famine, no por los rumores que rodean a
este esquivo personaje, sino por las propiedades que ha recuperado y agregado al
black metal.
    Famine recuperó la crudeza del primer black a través del viejo
procedimiento de grabación Vikerniano; de sus compatriotas de “Les legions noires”
(movimiento de black metal francés de la década de los noventas) retoma la
versatilidad del black metal amalgamado a la parte más rancia del punk, todo esto
contrastado, devenido del amplio bagaje cultural franco, con pasajes de música
medieval y una lírica que rescata, en varias piezas, a los literatos más densos de su
país: Lautremont, Antonin Artaud, François Villon, Christine de Pisan, Charles
Baudelaire, entre otros.
  
La sale Famine de Valfunde, metal-archives.com
Al género que se creía rebasado por su misma exposición comercial y la
facilidad con que el black se fundió con el gótico, el folk, industrial, etc., Famine le da
una vuelta de tuerca con su singular visión del mundo. Apartado del chato satanismo y de las fantasmagorías para adolescentes, Famine agregó a su música el cinismo, la
visión crítica, el humor, la versatilidad y el coraje que le hacían falta al black metal.
El estilo de Famine resume bien el proceso del necro-sonido, lo que nos invita a un rápido recuento en el que encontramos la aportación técnica y de método de Varg Vikernes, para después impostarle al necro-sonido una identidad anormal, enferma, una voz digna de la oscuridad, la misantropía sin disfraz de Per Yngve Ohlin logró ese cometido. La sale Famine de Valfunde, escritor de la música y letras de todas las piezas de Peste Noire, condensa el necro-sonido clásico con los elementos que le hacían falta al black metal para volverlo nuevamente un sonido peligroso; sí, peligroso porque señala, cuestiona, se burla hasta de sí mismo y de sus congéneres, su sonido crudo se mantiene fiel a un estilo y a la vez lo renueva, si a esto agregamos que Burzum y Mayhem son proyectos que siguen bregando y que la escena mundial está imparable, entonces podemos afirmar que el necro-sonido, pese a las artimañas del gran mercado, está más vivo que nunca para rescatar de la mediocridad al histórico black metal.





Silas Mesulam

domingo, 13 de julio de 2014

Editorial del segundo número de Óbito

Ladrillo tras ladrillo, ciudad y hombre se erigen, granito tras granito hombres y ciudades caen, se hacen ruina, cadáver... ¿entonces porqué la
soberbia con la que se carcajea ésta generación?
    Vamos con los hombres y las mujeres al compás de este tiempo, todo parece vivo en las
pantallas que bordean el sendero, todo segmento de vídeos, fotos y textos son una promesa que suenan a canto de sirena... todos parecen tan
felices en sus perfiles que hasta por un momento, miserable, quisiera ser tú
y tu estado que anuncia un mañana sin niños con hambres y sin matanzas taurinas. Pero éste camino siempre es hambre, deseo insatisfecho, barbarie que nos quita de ser el caminante para acogernos en la sombra del ladrón, “el salteador rapaz” detrás de los arbustos digitales. ¿En qué momento de la marcha de la vida nos volvieron criminales?
     Y seguimos el mismo camino, juntos vamos al único lugar seguro, la única certeza: un vacío que se extiende bajo un sol eternamente rojo... Aquí de este lado no nos hacemos horizontes ni falsos ídolos, sabemos que el futuro, esa luz al final del camino, es falso. No hay más que el presente: el chiste sin chiste de tus amigos, el orgasmo que repite la nostalgia del primer amor, la cerveza renovada en cada borrachera de la inteligencia, la música y la poesía que nos devuelven la capacidad de abandonar el triste despojo que somos, lo que no muere no puede renacer...
    Despertando al gusano que hace girar tu cerebro, te traemos la segunda entrega del artículo En la búsqueda del necro-sonido. ¿Sabes cuál es la banda pionera del black metal mexicano? Aquí te traemos su nombre y su demo que marcó a toda una época. En los libros fundamentales te presentamos el fotolibro de Peter Beste que retrata lo más íntimo de la escena blackmetalera de Noruega. En nuestra sección de poesía rendimos un merecido tributo al cyberpunk mayor: H. Pascal, poniendo a tu alcance tres poemas de su poemario: Alicia en el fin del mundo.
    Memoria de apenas un instante, una araña que lentamente baja por entre tu mirada y tu sueño, un rasgueo de guitarra apenas enunciado, un hoy sin mañana es lo que eres tú conmigo...
    La oscuridad nuestra comunión.
    Lee, amplía la información, difunde y colabora con nosotros.


Óbito (ergo sum)

Los monstruos de Verónica Miranda, conjurados en un libro

Quienes han leído la poesía y narrativa de Verónica Miranda, a través de diversas publicaciones y antologías disgregadas en la escena de la ...